lunes, 6 de abril de 2009

La Cofradía de Las Penas procesionó con un gusto exquisito y muy refinado


06/Abril · 00:01 · Gema Freire

Los balcones se llenaron al paso de Jesús de las Penas./eloy coss · Autor: Eloy Coss

San Lorenzo despidió ayer a una de las cuatro hermandades que cada año parten de este templo para hacer Estación de Penitencia en la Seo, la Cofradía de las Penas. A ésta le seguirán en la tarde del Jueves Santo la Hermandad de los Afligidos, en la Madrugada el Descendimiento y Dolores de Servita en la jornada del Viernes Santo. Dicha parroquia se ha convertido, junto con Santa Cruz en los dos templos más cofrades de la capital, a tenor del número de hermandades que se encuentran radicadas en los mismos.

La céntrica calle Sagasta se llenó de personas que cada Domingo de Ramos acuden hasta esta Parroquia para ver la complicada maniobra de salida de las Penas y, especialmente de su palio.

Durante la mañana, los pasos de ambos titulares fueron visitados por numeroso público, entre el que se encontraba la alcaldesa de la ciudad, Teófila Martínez, quien también se dejó ver por los otros templos protagonistas de la jornada. Las andas del Señor de las Penas presentaban toda su belleza con su habitual y tradicional exorno de claveles rojos en su monte desde donde se erige hierática la figura del Redentor, perfectamente vestida por Juan Carlos Romero.

El paso del Señor de las Penas estrenaba para la ocasión el tallado de los candelabros centrales y laterales y el tallado de las cartelas laterales, todo donado por la cuadrilla que dirige Sebastián Sánchez Gómez.

La Banda de Cornetas y Tambores Virgen del Rosario, de Cádiz, manteniendo su calidad musical, acompañaba al paso del Señor. Tras la formación musical marchaban las secciones de hermanos que acompañaban el vistoso paso de palio de la Virgen de la Caridad, una imagen preciosa restaurada por la gubia de Luis Álvarez Duarte. El palio de la Señora de la Caridad, exornado con profusión de flores blancas y que cada Semana Santa se enriquece aún más, lucía a su salida y por las calles de su itinerario penitencial. El palio estrenaba el bordado de las bambalinas delantera y trasera, donado por la cuadrilla que comanda el capataz Manuel Ruiz Gené, quien hizo gala, una vez más, de su exquisito y refinado gusto a la hora de pasear a María Santísima por las calles de Cádiz. Sin duda, uno de los pasos que mejor andan de la Semana Santa gaditana.

Tras la Señora, todo un clásico de la Semana Mayor de la ciudad, la Banda Municipal de Música de Enrique Galán de Rota.