viernes, 5 de septiembre de 2008

San Francisco de Asís, un Santo de Caridad


“El hombre de hoy necesita la Fe, la Esperanza y la Caridad de San Francisco; necesita la alegría que brota de la pobreza de espíritu, esto es, de una libertad interior” (Juan Pablo II).


La vida evangélica de San Francisco estuvo marcada por la pobreza, predicando a todos el amor a Dios, tal y como dictaminó en el testamento que dejó a sus frailes seguidores donde les recomendaba la Caridad fraterna, los exhortaba a amar, a observar la santa pobreza y a amar y honrar a la Iglesia.

Por esta razón, durante el besamano a Maria Santísima de la Caridad, la Archicofradía del Pilar ha dispuesto la imagen de San Francisco, perteneciente a la misma, en un lugar preferente tras la Bendita Imagen de la Dolorosa, justo a los pies de la Virgen del Pilar que preside la capilla.

De esta manera se pretende realzar la Caridad de María con la presencia de San Francisco, un hombre que supo entender el amor de Cristo a través de las cinco llagas, como cinco focos de caridad divina, siguiendo sus enseñanzas y ejemplos, viviendo, muriendo y amando a Dios sobre todas las cosas.

Entre los detalles del besamano, además de la presencia del “Pobre de Asís”, se pueden apreciar cinco racimos de uvas, que vienen a simbolizar las cinco llagas que recibió el santo, así como las espigas que reposan a sus pies, como símbolo de uno de los tres fundamentos de la vida franciscana, el de la pobreza.


Sumo, glorioso Dios,
ilumina las tinieblas de mi corazón
y dame FE recta,
ESPERANZA cierta y CARIDAD perfecta,
sentido y conocimiento, Señor,
para que cumpla
tu santo y verdadero mandamiento.

(Oración ante el Crucifijo de San Damián. San Francisco de Asís.)