jueves, 12 de octubre de 2017

Datos del Archivo Histórico: el Padre Tarín y la Archicofradía del Pilar

EL PADRE TARÍN Y LA ARCHICOFRADÍA DEL PILAR


            Entre la nómina de predicadores que han pronunciado sus sermones en las Novenas a la Virgen del Pilar a lo largo de los años, sobresale un orador que por sus características personales y su vida de piedad va camino de los altares. En la Novena de 1895, las homilías corrieron a cargo del conocido y afamado predicador jesuita, el Padre Tarín.[1] Declarado Venerable por San Juan Pablo II el 3 de enero de 1987, la causa de beatificación iniciada en Sevilla se sigue en Roma.

El Padre Francisco de Paula Tarín (1847-1910), nació en el valenciano pueblo de Godelleta y murió en Sevilla. Sus restos descansan en la iglesia del Sagrado Corazón de los Padres Jesuitas de la capital hispalense. Es conocido también por sus apelativos de Apóstol del Sagrado Corazón o León de Cristo.

Sintió la llamada de la Compañía de Jesús y a los 26 años entró en el noviciado de Poyanne (Francia). En 1878 regresó a España para terminar sus estudios y recibió la ordenación sacerdotal en 1883. Al año siguiente estuvo en nuestra provincia, concretamente en El Puerto de Santa María, donde estuvo dedicado a la enseñanza hasta 1886. A partir de 1888 sus dotes de predicador le fueron llevando por toda España, asistiendo a ejercicios espirituales, novenas, triduos, conferencias y, por supuesto, la misión. Las misiones consistían en una predicación popular sistemática que llevaban a estos predicadores a cualquier punto del país, para predicar, catequizar y fomentar otros actos de piedad, culminando en la recepción de los sacramentos.

De 1888 a 1895 su peregrinaje le lleva por Madrid, La Mancha y Andalucía. En los seis años que transcurren desde 1898 a 1904 fue Superior de la Residencia del Sagrado Corazón de Sevilla, residiendo en dicha ciudad donde de nuevo volvió a establecerse en los últimos años de su vida. Todos esos años de trabajo incansable permitieron que el pueblo sevillano le conociera bien y por eso tuvo tanto predicamento, ya que forma parte de la iglesia de los pobres, como lo fueron también Sor Ángela de la Cruz o Marcelo Spínola. Predicó misiones en los barrios de Triana, San Roque y Macarena, organizando seis centros de doctrina y un círculo católico.[2]

Como ejemplo de sus virtudes de evangelización, en esas misiones que le llevaban a cualquier pueblo de nuestra geografía y donde también había habitantes contrarios a su presencia y a las enseñanzas católicas, en una ocasión un grupo de hombres se personaron por la noche donde estaba hospedado, con cencerros, para molestarlo y demostrar el rechazo a su persona.  El Padre Tarín, salió de la casa y pidió a los alborotadores que le acompañaran al campo, donde podrían seguir con su actitud pero dirigida a él solo, para que no molestaran a la familia que le hospedaba. Sus palabras hicieron que se retiraran y, al día siguiente, muchos de ellos fueron a la misión e incluso algunos se confesaron.[3]

            Si lo que aquellos hombres pretendían era que no conciliara el sueño y no descansara, se equivocaban en su propósito, porque se decía que el Padre Tarín siempre dormía apenas dos o tres horas. Incluso sus superiores le recomendaron que durmiera al menos cinco horas y que no se excediera en las penitencias.[4]  Además, dormía sentado en una silla o incluso dentro de un confesionario. Según el testimonio de algunos párrocos que lo recibían para las misiones, no dormía nunca en la cama, la dejaba intacta y sin desdoblar las sábanas al concluir la misión. Incluso había veces que ni llegaba a la habitación, quedándose en la iglesia ya que había estado hasta bien entrada la madrugada confesando. Dormía sentado en el confesionario, hasta las tres o tres y media, cuando él mismo abría la iglesia y repicaba las campanas para llamar al Rosario de la Aurora, comenzando un nuevo día cargado de actividades.[5]

            La Junta de Gobierno de la Archicofradía del Pilar de Cádiz pensó en él para ocupar la Sagrada Cátedra, sin duda conocedores de sus cualidades. Un testimonio directo de un oyente de sus sermones en una Novena, nos puede dar una idea de cómo pudieron ser aquellos que escucharon los muros de la parroquia de San Lorenzo:

            …con esa unción y acendrado afecto de que está poseído empezó por hacer algunas provechosas advertencias y a dar a conocer las buenas obras y santas prácticas a que nos habíamos de dedicar en todos y cada uno de los días de las novenas, para prepararnos debidamente a la confesión, comunión general y procesión del último. En su sermón, un exordio hermoso e interesante, provechoso y de aplicaciones prácticas y saludables, como todo cuanto dice, nos preparó para oír seguidamente su luminoso desarrollo y su demostración, que fue la más concluyente y acabada; no sólo valiéndose de las pruebas dogmáticas y de los sagrados textos, sino de las ciencias naturales y sociales, de las que tiene un dominio y conocimiento tan profundo, que hace siempre y constantemente el encanto de su numeroso auditorio, que le oye con delectación y con un recogimiento extraordinario; siendo tal la abundancia de ideas que se le agolpan, y que emite con una claridad de expresión y pureza de lenguaje tan castizo, que encanta, y es causa de que para casi todos sus sermones le falte tiempo y le sobre materia.[6]


            En 1895, año en que el Padre Tarín predicó en Cádiz la Novena del Pilar, también acompañó a la Virgen en la procesión que recorrió algunas calles de la feligresía. Sobre esa procesión versará la próxima entrada, donde nos extenderemos más para dar a conocer los datos encontrados sobre ella.

José María Collantes González







[1] Archivo Histórico Archicofradía del Pilar de Cádiz. Apartado de Actas y Acuerdos de Juntas, Libro IX, f. 149
[2] Revuelta González, Manuel, S.J. (2008) La Compañía de Jesús en la España Contemporánea. Tomo III. Palabras y Fermentos (1868-1912) U. P. Comillas, pp. 148-149
[3] Ibídem, p.118
[4] Ibídem,  p.149
[5] Risco, P. Alberto. S.J. (1923), «El P. Francisco de Paula Tarín» El Siglo futuro, Diario Católico. 2 de junio.
[6] Cartas de Provincias (1894) «De Manzanares» El Siglo futuro. Diario Católico. 18 de julio