ÚLTIMOS DESCUBRIMIENTOS EN TORNO A LA IMAGEN DE NUESTRA SEÑORA DEL PILAR
Hasta el
momento, en lo concerniente al aspecto artístico, lo único que se había
publicado sobre la talla de la
Virgen del Pilar y los santos que le acompañan, apuntaba a
que eran obras genovesas de 1750.[1]
Veremos cómo entre esta atribución y la documentación que aportamos en la
presente entrada, se pueden encontrar puntos en común.
En el año
1756, se anota en el libro de cuentas de la Archicofradía un
gasto de 375 reales de vellón pagados a Gonzalo Pomar por renovar la imagen de la Virgen del Pilar.[2] Este
dato importantísimo nos revela la intervención del reconocido retablista
ubriqueño en la talla de la Virgen. Pero
¿qué quiere decir realmente la palabra que se utiliza —renovar— para describir
su trabajo? ¿Es una tarea de restauración o remodelación, o se trata de una
obra realizada enteramente por él? Es de sobra conocida la autoría de Gonzalo
Pomar en la ejecución de varios retablos de Cádiz. Quizás los más relevantes
sean el retablo mayor de la capilla del Nazareno en el convento de Santa María (1757)
y el retablo mayor del convento de San Francisco (1763). Incluso también ha
aparecido su nombre en la decoración de la capilla de la Archicofradía del
Pilar, en 1756, «por el costo y trazado
de los dos golpes de talla que están por encima del arco», cobrando por
ello 180 reales de vellón.[3]
Su gran
reconocimiento como ensamblador y tallista puede haber provocado que se haya discutido
su trabajo como escultor, aunque sabemos que obras suyas son las imágenes de
San Pedro y la Verónica
que se encuentran en el citado retablo del Nazareno y probablemente el grupo
del descendimiento que se sitúa en el ático y el Padre eterno que corona el
retablo. Otro trabajo escultórico suyo es el relieve de la Encarnación , en el
ático del retablo de San José de la iglesia del Carmen de Cádiz. Sus esculturas
denotan una gran influencia de la escuela genovesa, lo que hace suponer un
aprendizaje de la profesión con esos escultores.[4] Por
esta razón decíamos al comienzo, que la atribución de la imagen de Nuestra
Señora del Pilar a maestros genoveses no es opuesta a la documentación que
aportamos sobre su realización por Gonzalo Pomar, ya que sus rasgos formales
podían conducir en esa dirección.
Su participación
en la imagen de la Virgen
del Pilar, sería un trabajo hasta ahora inédito realizado por Gonzalo Pomar,
que también aparece como hermano de la Archicofradía , inscrito desde el 20 de abril de
1732.[5] De
hecho, en uno de sus testamentos pide ser enterrado —con el hábito de San
Francisco que usan los religiosos capuchinos, a cuya Venerable Orden Tercera
pertenece— en la parroquia de San Lorenzo y en la bóveda de la Archicofradía del Pilar.[6] Sus
deseos fueron cumplidos el veinticuatro de octubre de 1795, enterrándose por la
tarde en la parroquia de San Lorenzo, de donde era feligrés, ya que vivía en la
calle Sol, actual Armengual, justo al lado de la iglesia.[7]
Queda
claramente reflejado en los documentos, y este dato es también muy revelador, que
tras el trabajo de Pomar en la talla de la Virgen del Pilar, se procede al dorado de la
imagen, reflejando el pago de 2.220 reales de vellón al encargado de ello,
Esteban Pomé, maestro dorador «por el
trabajo de dorar y estofar dicha imagen abierta de relieve».[8]
Además,
el libro de cuentas de la
Archicofradía completa toda esta información con un apartado
de orfebrería para la talla, con el pago de 1.910 reales de vellón a Manuel
Gómez, artista platero, «por la
botonadura de diamantes, el cinturón de pedrería y la palomita de plata».[9] Esta
última pieza evidencia que la imagen del Niño tuvo la tradicional paloma en su
mano, como es habitual en todas las imágenes de la Virgen del Pilar, perdiéndose
en fecha no determinada. Para terminar, para la corona de la Virgen se anota 180 reales
de vellón «por el costo de la pedrería y
dorado de la corona».[10]
Sobre la
autoría de la talla de Nuestra Señora del Pilar, el archivo histórico de la Archicofradía nos ha
ofrecido unos datos ciertamente reveladores, datos que habrá que tener
presentes cuando se realice un estudio en profundidad y que se verán sin duda
enriquecidos el día en que se lleve a cabo una restauración de la imagen.
José
María Collantes González
[1] Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) nº
79. Sevilla, 27 de abril de 2009, p.64
[2] Archivo Histórico
Archicofradía del Pilar de Cádiz (AHAPC) Cuentas, Libro II, f.118 v
[3] Ídem
[4] Alonso de la Sierra Fernández ,
Lorenzo (1991) El Nazareno de Santa
María. Cuatro siglos de arte en Cádiz. Silex ediciones, pp.82-83
[5] AHAPC, Registro de
Hermanos y Hermanas, Libro I, p.73 y Libro IV, f.52
[6]
Archivo Histórico Provincial de Cádiz, Protocolos notariales. Testamento de
Gonzalo Pomar, ante el notario Bernardo de Calle , fechado el 16 de junio de
1785, CA-1198, ff.198-201
[7] Archivo Parroquial de San
Lorenzo, Fallecimientos, Libro II, folio 51 v
[8] AHAPC, Cuentas, Libro II,
f.118 v
[9] Ídem
[10] Ídem