CAPILLA DEL PILAR: NUEVOS DATOS HISTÓRICOS Y ARTÍSTICOS
En los libros del
archivo histórico de la
Archicofradía correspondientes al siglo XVIII, aparecen datos
inéditos y muy importantes sobre los artífices de varias obras de arte de la
capilla del Pilar, datos que iremos desvelando en ésta y posteriores entradas. Ya
hemos hablado del retablo que se encuentra a la derecha y sus interesantes
obras pictóricas dieciochescas del Cristo de Ribota y los Corporales de Daroca.
En esta ocasión seguiremos completando los datos históricos y artísticos de la capilla
que, en su reducido espacio, atesora un gran patrimonio.
D. Andrés
Cortés de Cárdenas, cura asignado a la Parroquia auxiliar de San Lorenzo, fue una figura
muy importante para la
Archicofradía del Pilar. En 1731 le dio Reglas y la
declaración de Compañía Espiritual y a él se dirigieron los fundadores, Manuel
y Gerónimo Ignacio Delfín, para solicitarle un espacio en la iglesia con el fin
de edificar la capilla y bóveda de enterramiento.[1] Creemos
—a falta de encontrar pruebas documentales que así lo corroboren— que el motivo
por el que en la capilla, sobre la mesa de altar del retablo de la izquierda,
siempre haya habido una representación del apóstol San Andrés, sea en honor de
D. Andrés Cortés de Cárdenas, como muestra de agradecimiento por su inestimable
ayuda. Ese retablo lo preside la cruz de guía de ébano y láminas de plata, del
siglo XVIII, que fue utilizada en aquellos primeros Rosarios Públicos.
El retablo
mayor de la capilla, de madera dorada con estípites, es de un cuerpo con ático
semicircular. Presidido por la
Virgen del Pilar, en las hornacinas laterales se disponen las
imágenes de San Jerónimo y San Francisco, atribuidas al escultor genovés Antón
María Maragliano (h. 1720-25).[2] Estas
imágenes tienen mucho que ver con los fundadores, la primera por ser el santo
patrón de Gerónimo Ignacio y la segunda por ser la familia Delfín muy allegada
a la comunidad franciscana, de hecho tuvieron un altar y enterramiento en
propiedad en la iglesia del convento de San Francisco de Cádiz.[3] Estuvieron
entre las obras de arte seleccionadas para la exposición «Cádiz, entre Sevilla
y Génova», celebrada en Cádiz en el año 2011.
San Jerónimo y San Francisco (Exposición «Cádiz, entre
Sevilla y Génova»)
Obra genovesa
es también el crucificado que se encuentra en el ático. A ambos lados dos
símbolos alusivos a la Virgen María :
la fuente y la torre. Se remata el conjunto con el escudo de la Archicofradía , con
una interesante variante iconográfica ya que aparece el Pilar y en la parte
inferior el Cordero místico sobre el Libro de los Siete Sellos.
Sobre la mesa
de altar se encuentra un espacio acristalado, en la actualidad vacío, que probablemente
albergó en el siglo XVIII una representación de la Virgen del Llanto, titular
de la Archicofradía
de Roma con la que está agregada la Archicofradía del Pilar de Cádiz. Lo que sí
sabemos es que ese espacio lo ocupó hace años un Nacimiento.[4]
Una vez dado
este breve repaso del interior de la capilla, centrémonos ahora en el arco de
entrada que fue costeado por el hermano de la Archicofradía Juan
Gutiérrez de Celis en 1754, ascendiendo la obra a la cantidad de 3.500 reales
de vellón. Este hermano es importantísimo por la cantidad de donaciones y obras
de arte que costeó. Inscrito en la Archicofradía desde 1733, fue Mayordomo en varias
ocasiones y por los méritos contraídos fue votado Protector en 1759.[5]
Inevitablemente
la vista se va hacia el intradós del arco que presenta una magnífica decoración
estofada y policromada. Interviene en la obra el maestro dorador José Rossillo,
al que se le abonan 5.400 reales de vellón por el costo de materiales y
jornales causados en el dorado del arco.[6] Entre
la profusa decoración, destacan dos cartelas con inscripciones en latín tomadas
de las letanías lauretanas. La de la derecha es la que se conserva mejor,
pudiéndose leer Consolatrix Aflictorum.
Intradós del arco de entrada a la capilla y detalle
Bajo el arco,
dos pinturas donadas por Juan Gutiérrez de Celis en el mismo año de 1754, cuyo
costo fue de 1.500 reales de vellón, representan la aparición de la Virgen del Pilar a Santiago
y el martirio de Santiago.[7]
También donación suya son los ángeles, en 1755, tanto los lampareros que están
bajo el arco como los que sostienen el escudo de la Archicofradía en la
parte superior.[8] Son de escuela genovesa relacionados
con la producción de Francisco María Galeano.[9] Los
primeros son acabados también por el maestro dorador José Rossillo, pagándole
795 reales de vellón por el estofado de
los dos ángeles chicos de la capilla y los segundos, tallas de mayor
tamaño, están estofados por Francisco María Mortola en 1756. Se anota un gasto
de 2.010 reales de vellón pagados a este artista, como maestro dorador, por los materiales y trabajo de estofar los
dos ángeles que están en el arco de la capilla.[10]
Pareja de ángeles estofados por Francisco María
Mortola
Mortola es un
artista reconocido en Cádiz por otros importantes trabajos suyos como la
policromía de la Virgen
de los Ángeles de la parroquia del Rosario, la policromía del Cristo de la Piedad de la Iglesia de Santiago o la
policromía y estofado de los Patronos de Cádiz de la Catedral.[11]
Es te trabajo suyo documentado en la Archicofradía del
Pilar, es muy interesante para el estudio de su obra. Su biografía también se
enriquece al conocer que además fue hermano de la Archicofradía ,
inscrito desde el 23 de mayo de 1751.[12]
Por último, no
hay que olvidar la reja de madera que cierra la capilla, de mediados del siglo
XVIII, una de las pocas que se han conservado en Cádiz y que era un elemento
frecuente y fundamental en todas las capillas ya que delimitaba su espacio y lo
protegía como ámbito privado. En 1756, se anotan las limosnas recogidas en un
cepillo que se colocó en dicha reja, para el Santísimo Cristo de Ribota.[13]
De la capilla
nos queda por hablar de la talla de Nuestra Señora del Pilar. Debido al interés
de los datos encontrados, merece un capítulo aparte y se tratará en una próxima
entrada.
José María Collantes
González
[1]
Archivo Histórico Provincial de Cádiz (AHPC) Protocolos notariales.
Adjudicación de Capilla, Hermandad y Cofradía de Ntra. Sra. del Pilar, 22 de
enero de 1739. CA-1831, ff.26-29
[2] Sánchez Peña, José Miguel (2006) Escultura genovesa. Artífices del
setecientos en Cádiz, pp.103-105
[3] AHPC,
Protocolos notariales, Donación a favor de D. Gerónimo y D. Manuel Delfín,
CA-3613, ff.536-538
[4] Archivo
Histórico Archicofradía del Pilar de Cádiz (AHAPC), Caja 1, legajo 8. En una
hoja de inventario manuscrita dice textualmente «un Belén incompleto en la
hornacina inferior» También en el archivo general, aparece reflejada la
existencia de ese Belén en otro inventario de los años 1987-1991.
[5] AHAPC, Registro de
Hermanos y Hermanas. Libro I, p.91
[6] AHAPC, Cuentas, Libro II,
f.118
[7] AHAPC, Cuentas, Libro II,
f.100 v.
[8] AHAPC, Cuentas, Libro II,
f.107
[9] Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) nº
79. Sevilla, 27 de abril de 2009, p.64
[10] AHAPC, Cuentas, Libro II,
f.119
[11] Sánchez Peña, Op. cit., p.272
[12] AHAPC, Registro de
Hermanos y Hermanas, Libro I, p.60 y Libro IV, f. 41v
[13] AHAPC, Cuentas, Libro II,
f.113 v