miércoles, 28 de diciembre de 2016

Datos del Archivo Histórico: Capilla del Pilar: Nuevos datos históricos y artísticos

CAPILLA DEL PILAR: NUEVOS DATOS HISTÓRICOS Y ARTÍSTICOS
  

En los libros del archivo histórico de la Archicofradía correspondientes al siglo XVIII, aparecen datos inéditos y muy importantes sobre los artífices de varias obras de arte de la capilla del Pilar, datos que iremos desvelando en ésta y posteriores entradas. Ya hemos hablado del retablo que se encuentra a la derecha y sus interesantes obras pictóricas dieciochescas del Cristo de Ribota y los Corporales de Daroca. En esta ocasión seguiremos completando los datos históricos y artísticos de la capilla que, en su reducido espacio, atesora un gran patrimonio.

D. Andrés Cortés de Cárdenas, cura asignado a la Parroquia auxiliar de San Lorenzo, fue una figura muy importante para la Archicofradía del Pilar. En 1731 le dio Reglas y la declaración de Compañía Espiritual y a él se dirigieron los fundadores, Manuel y Gerónimo Ignacio Delfín, para solicitarle un espacio en la iglesia con el fin de edificar la capilla y bóveda de enterramiento.[1] Creemos —a falta de encontrar pruebas documentales que así lo corroboren— que el motivo por el que en la capilla, sobre la mesa de altar del retablo de la izquierda, siempre haya habido una representación del apóstol San Andrés, sea en honor de D. Andrés Cortés de Cárdenas, como muestra de agradecimiento por su inestimable ayuda. Ese retablo lo preside la cruz de guía de ébano y láminas de plata, del siglo XVIII, que fue utilizada en aquellos primeros Rosarios Públicos.

El retablo mayor de la capilla, de madera dorada con estípites, es de un cuerpo con ático semicircular. Presidido por la Virgen del Pilar, en las hornacinas laterales se disponen las imágenes de San Jerónimo y San Francisco, atribuidas al escultor genovés Antón María Maragliano (h. 1720-25).[2] Estas imágenes tienen mucho que ver con los fundadores, la primera por ser el santo patrón de Gerónimo Ignacio y la segunda por ser la familia Delfín muy allegada a la comunidad franciscana, de hecho tuvieron un altar y enterramiento en propiedad en la iglesia del convento de San Francisco de Cádiz.[3] Estuvieron entre las obras de arte seleccionadas para la exposición «Cádiz, entre Sevilla y Génova», celebrada en Cádiz en el año 2011.
  

San Jerónimo y San Francisco (Exposición «Cádiz, entre Sevilla y Génova»)

Obra genovesa es también el crucificado que se encuentra en el ático. A ambos lados dos símbolos alusivos a la Virgen María: la fuente y la torre. Se remata el conjunto con el escudo de la Archicofradía, con una interesante variante iconográfica ya que aparece el Pilar y en la parte inferior el Cordero místico sobre el Libro de los Siete Sellos.

Sobre la mesa de altar se encuentra un espacio acristalado, en la actualidad vacío, que probablemente albergó en el siglo XVIII una representación de la Virgen del Llanto, titular de la Archicofradía de Roma con la que está agregada la Archicofradía del Pilar de Cádiz. Lo que sí sabemos es que ese espacio lo ocupó hace años un Nacimiento.[4]

Una vez dado este breve repaso del interior de la capilla, centrémonos ahora en el arco de entrada que fue costeado por el hermano de la Archicofradía Juan Gutiérrez de Celis en 1754, ascendiendo la obra a la cantidad de 3.500 reales de vellón. Este hermano es importantísimo por la cantidad de donaciones y obras de arte que costeó. Inscrito en la Archicofradía desde 1733, fue Mayordomo en varias ocasiones y por los méritos contraídos fue votado Protector en 1759.[5]

Inevitablemente la vista se va hacia el intradós del arco que presenta una magnífica decoración estofada y policromada. Interviene en la obra el maestro dorador José Rossillo, al que se le abonan 5.400 reales de vellón por el costo de materiales y jornales causados en el dorado del arco.[6] Entre la profusa decoración, destacan dos cartelas con inscripciones en latín tomadas de las letanías lauretanas. La de la derecha es la que se conserva mejor, pudiéndose leer Consolatrix Aflictorum.
  

Intradós del arco de entrada a la capilla y detalle

Bajo el arco, dos pinturas donadas por Juan Gutiérrez de Celis en el mismo año de 1754, cuyo costo fue de 1.500 reales de vellón, representan la aparición de la Virgen del Pilar a Santiago y el martirio de Santiago.[7] También donación suya son los ángeles, en 1755, tanto los lampareros que están bajo el arco como los que sostienen el escudo de la Archicofradía en la parte superior.[8] Son de escuela genovesa relacionados con la producción de Francisco María Galeano.[9] Los primeros son acabados también por el maestro dorador José Rossillo, pagándole 795 reales de vellón por el estofado de los dos ángeles chicos de la capilla y los segundos, tallas de mayor tamaño, están estofados por Francisco María Mortola en 1756. Se anota un gasto de 2.010 reales de vellón pagados a este artista, como maestro dorador, por los materiales y trabajo de estofar los dos ángeles que están en el arco de la capilla.[10]
  

Pareja de ángeles estofados por Francisco María Mortola

Mortola es un artista reconocido en Cádiz por otros importantes trabajos suyos como la policromía de la Virgen de los Ángeles de la parroquia del Rosario, la policromía del Cristo de la Piedad de la Iglesia de Santiago o la policromía y estofado de los Patronos de Cádiz de la Catedral.[11] Este trabajo suyo documentado en la Archicofradía del Pilar, es muy interesante para el estudio de su obra. Su biografía también se enriquece al conocer que además fue hermano de la Archicofradía, inscrito desde el 23 de mayo de 1751.[12]

Por último, no hay que olvidar la reja de madera que cierra la capilla, de mediados del siglo XVIII, una de las pocas que se han conservado en Cádiz y que era un elemento frecuente y fundamental en todas las capillas ya que delimitaba su espacio y lo protegía como ámbito privado. En 1756, se anotan las limosnas recogidas en un cepillo que se colocó en dicha reja, para el Santísimo Cristo de Ribota.[13]

De la capilla nos queda por hablar de la talla de Nuestra Señora del Pilar. Debido al interés de los datos encontrados, merece un capítulo aparte y se tratará en una próxima entrada.

José María Collantes González



[1] Archivo Histórico Provincial de Cádiz (AHPC) Protocolos notariales. Adjudicación de Capilla, Hermandad y Cofradía de Ntra. Sra. del Pilar, 22 de enero de 1739. CA-1831, ff.26-29
[2] Sánchez Peña, José Miguel (2006) Escultura genovesa. Artífices del setecientos en Cádiz, pp.103-105
[3] AHPC, Protocolos notariales, Donación a favor de D. Gerónimo y D. Manuel Delfín, CA-3613, ff.536-538
[4] Archivo Histórico Archicofradía del Pilar de Cádiz (AHAPC), Caja 1, legajo 8. En una hoja de inventario manuscrita dice textualmente «un Belén incompleto en la hornacina inferior» También en el archivo general, aparece reflejada la existencia de ese Belén en otro inventario de los años 1987-1991.
[5] AHAPC, Registro de Hermanos y Hermanas. Libro I, p.91
[6] AHAPC, Cuentas, Libro II, f.118
[7] AHAPC, Cuentas, Libro II, f.100 v.
[8] AHAPC, Cuentas, Libro II, f.107
[9] Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) nº 79. Sevilla, 27 de abril de 2009, p.64
[10] AHAPC, Cuentas, Libro II, f.119
[11] Sánchez Peña, Op. cit., p.272
[12] AHAPC, Registro de Hermanos y Hermanas, Libro I, p.60 y Libro IV, f. 41v
[13] AHAPC, Cuentas, Libro II, f.113 v