HISTORIA DE LA ARCHICOFRADÍA DEL PILAR (II):
DE COMPAÑÍA ESPIRITUAL A ARCHICOFRADÍA
Fray Tomás del Valle
Decíamos en la
entrada anterior que en 1731, D. Andrés Cortés de Cárdenas, cura asignado a la Parroquia auxiliar de
San Lorenzo, dio Reglas y la declaración de Compañía Espiritual a los fieles
que se reunían para el rezo del Santo Rosario bajo la advocación de Nuestra
Señora del Pilar, todo ello con la aprobación y consentimiento del obispo Fray
Tomás del Valle. En el mismo documento consultado se continúa ensalzando la
figura del obispo, destacando su benignidad y unión con la Hermandad del Pilar,
fruto de la cual la declaró Cofradía, procurando unas Constituciones que aprobó
y firmó en 1732.[1]
Fray Tomás del
Valle sucedió en la sede gaditana a Lorenzo Armengual de la Mota , y se ha calificado a su
largo pontificado (1731-1776) como el más próspero, beneficioso y de más largo
alcance de toda la historia de la
Diócesis gaditana.[2]
Posteriormente,
la Cofradía
del Santísimo Rosario de Nuestra Señora del Pilar, con el ánimo de lucrar mayores gracias,
solicitó en la Corte
de Roma agregarse a la
Archicofradía de Nuestra Señora del Llanto, petición que le
fue concedida el 21 de abril de 1736.[3] Una
vez recibida la concesión, fue de nuevo el obispo Fray Tomás del Valle, quien
la aprueba en 1737, permitiéndoles y dando licencia para que sacaran el
estandarte, insignias y divisas de la Archicofradía romana.[4] Desde
1738, ya aparece en los documentos como Archicofradía del Santísimo Rosario de
Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza.[5]
Nuestra Señora del Llanto (Roma)
La historia de
Nuestra Señora del Llanto tiene su origen en un hecho acontecido en Roma, en el
año 1546. La pintura de la
Virgen se hallaba en esa época en la vía pública. Un día, en
aquel lugar, dos hombres se enzarzaron en una pelea. La reyerta llegó hasta el
punto de que uno de ellos intentó apuñalar a su contrincante quien, asustado, pidió
misericordia y perdón a su agresor en nombre de la Virgen. El atacante, al oír
estas palabras cesó en su intento, momento que aprovechó el vencido para
clavarle un cuchillo y matarlo a traición. Ante este vil comportamiento, la Virgen comenzó a llorar. La
relevancia de este hecho provocó que, con gran reverencia y solemnidad, la
pintura fuera trasladada a la cercana iglesia de San Salvador. La iglesia fue
reconstruida en 1612 y tomó desde entonces el nombre de Santa María del Llanto.
Su festividad se celebra en enero, el domingo antes de la de San Antonio Abad.[6]
Probablemente,
una imagen de Nuestra Señora del Llanto debió estar en la capilla de la Archicofradía del
Pilar de Cádiz. En uno de los libros de su archivo histórico encontramos
reflejado un dato relevante que apoya esta hipótesis; en el apartado de gastos,
correspondiente al mes de octubre de 1753, se contabiliza la cantidad que costó
una lámina plateada de Santiago, que estaba puesta en la Capilla «en el nicho donde se ha de poner la Virgen del Llanto».[7]
Entre 1730 y
1740, años fundamentales en la historia de la Archicofradía ,
tienen un papel destacado los hermanos Manuel y Gerónimo Ignacio Delfín, de
hecho están considerados como los fundadores. Fueron ellos los que solicitaron
a D. Andrés Cortés de Cárdenas, un sitio en la iglesia para la propiedad de una
capilla y bóveda de enterramiento de la Archicofradía del Pilar. Si importante era tener
una capilla para engrandecer la Archicofradía y asegurar un mayor número de
hermanos, no lo era menos contar con bóveda de enterramiento, ya que en el
Cádiz del siglo XVIII era imposible encontrar sepulturas a precios asequibles,
cosa que favorecía la pertenencia a alguna hermandad, ya que una de las
motivaciones principales de éstas era velar por el entierro de sus hermanos.[8]
Les fue
concedido el arco y grueso que servía de puerta a la iglesia por la calle Sol
—actualmente Armengual— cerrándose para poder edificar la capilla. La
edificación de la capilla corría a cuenta de la cofradía, mientras que la
iglesia correría con los gastos del cerramiento de la puerta así como de la
apertura de otra en el arco inmediato. No obstante, los hermanos Delfín
contribuyeron con una limosna de 450 pesos para ayuda de los gastos de la
iglesia. Presentaron memorial ante el obispo Fray Tomás del Valle, quien
concedió definitivamente el sitio para dicha capilla y bóveda de enterramiento,
según consta en su Decreto expedido el 23 de mayo de 1738, recogido en la
escritura firmada por Manuel y Gerónimo Ignacio Delfín, D. Andrés Cortes de
Cárdenas y D. Eustaquio de León, presbítero y mayordomo de fábrica de la
iglesia de San Lorenzo.[9]
Quince años
después, en 1753, la Capilla
de la Archicofradía
del Pilar fue inaugurada. En conmemoración de este hecho, se publicó en Cádiz,
en la Oficina
de Pedro Gómez de Requena, un folleto titulado Oración Panegyrica en la celebre fiesta de la estrena de una nueva
capilla, que a su Patrona, la Reyna Soberana
del Pilar de Zaragoza fabricó su devota Archi-cofradía de el Rosario, para colocar no solo la imagen de dicha
Señora, sino otras muchas, con varias Reliquias, en la Iglesia Parroquial
del Glorioso Martyr Español S. Lorenzo en el día 14 de octubre de el año de
1753.[10]
José
María Collantes González
[1]
Archivo Histórico Diocesano de Cádiz (AHDC) Escrito del Mayordomo, Baltasar de
Sistiaga, fechado el 14 de agosto de 1811. Archicofradía del Pilar. Caja 500
[2] Antón Solé, Pablo (1994) La
Iglesia gaditana en
el siglo XVIII. Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cádiz,
p.171
[3] AHDC,
Caja 535. Escrito del Mayordomo de la Archicofradía del Pilar, Gerónimo Ignacio Delfín,
fechado el 11 de marzo de 1740.
[4] AHDC,
Archicofradía del Pilar. Caja 500
[5] Archivo Histórico
Archicofradía del Pilar de Cádiz (AHAPC) Cuentas, Libro II, f.31
[6] Díaz Vara, Gabriel (1673) Grandezas y maravillas de la inclyta y sancta ciudad de Roma. En
Madrid, por Iofeph Fernández de Buendia, pp.513-514
[7] AHAPC. Cuentas, Libro II
f.91 v
[8] Morgado García, Arturo (2000) Ser clérigo en la España del Antiguo Régimen.
Servicio de Publicaciones de la
Universidad de Cádiz, p.160
[9]
Archivo Histórico Provincial de Cádiz, Protocolos notariales. Adjudicación de
Capilla, Hermandad y Cofradía de Ntra. Sra. del Pilar, 22 de enero de 1739.
CA-1831, ff.26-29
[10] Fundación Federico Joly,
Folletos - Caja 027/006