El Domingo de Ramos tiene su víspera, preciosa e íntima, bautizada hace ya varias décadas como “sábado de flores”. Es una jornada para la convivencia fraterna, para atemperar los nervios, para los últimos preparativos, para las actividades con los más pequeños y para que estos vivan la inolvidable experiencia de preparar y colocar flores en el monte del paso del Señor, exornado para la ocasión con claveles rojos, gran parte de ellos ofrendados en los días anteriores por hermanos y devotos, y dispuestos por nuestros hermanos archicofrades Manuel Ruiz Gené y Cristian Solís Aguirre, junto a la colaboración de otros hermanos. Por su parte, el exorno floral del paso de María Santísima de la Caridad fue bellamente dispuesto, un año más, por nuestro hermano archicofrade Miguel Ángel García Saucedo, a base de rosas y otras variedades en tonos blancos.
El “sábado de flores” es día de trabajo en equipo, comandado por la mayordomía de la Hermandad, con Cristian Solís al frente de la misma, en una encomiable labor durante toda la Cuaresma. Los jóvenes se afanan en preparar los pétalos para la recogida. Los hermanos más antiguos se acercan por San Lorenzo para comprobar, emocionados, cómo la Hermandad continúa escribiendo su historia y permanece viva en sus niños, en sus jóvenes y en los adultos que hoy tienen responsabilidades de gobierno y que fueron en su día niños y jóvenes ilusionados y nerviosos en las vísperas del Domingo de Ramos. Nuestra Hermana Mayor, Inmaculada Ruiz Gené, siempre incansable, se dirige a los pequeños, les pregunta y les explica, les invita a rezar a los Sagrados Titulares, atiende a los que llegan de visita, se sube a los pasos procesionales para colocar en los codales de los guardabrisas del Señor y en los cirios que conforman la candelería de la Virgen una pegatina con alguna intención especial o con un nombre: el de un hermano, de un familiar, de alguien que este año no puede estar, de un bebé que todavía está por nacer... La luz que alumbra al Señor y a su Santísima Madre es una luz donada por sus hermanos y devotos. Nuestra Hermandad también es hermosa en sus ritos, en sus actos íntimos, en todo aquello que pasa desapercibido.
Al mediodía, los más pequeños de la Archicofradía realizan en el salón parroquial manualidades y sopas de letras con palabras alusivas a nuestra Hermandad. Luego, acuden al templo para contemplar y rezar a nuestros Amantísimos Titulares y suben al paso del Señor para colocar un clavel en el monte. Este año, como novedad, subieron al paso algunos nietos para ofrendar un clavel al Señor en nombre de sus abuelas.
Con una foto de familia delante de los pasos definitivamente dispuestos y exornados, culminó el pasado sábado 12 de abril la víspera de un nuevo Domingo de Ramos cargado de emociones y de convivencia fraterna con todos nuestros hermanos.