HERMANOS HONORARIOS: EL DUQUE DE NÁJERA Y JOSÉ MORENO DE MORA
Como decíamos
en la entrada anterior, la Casa Real
aceptó en 1898, tanto por parte de la reina regente María Cristina de Habsburgo
como de su hijo, el rey Alfonso XIII, el título de Protectores Perpetuos
Honorarios de la
Archicofradía del Pilar, así como el de Hermanas Honorarias
para la princesa de Asturias, María Mercedes, y la infanta María Teresa.
Dos años
después, en 1900, la
Archicofradía propone nombrar también Hermanos Honorarios al duque
de Nájera, D. Juan de Zavala y Guzmán, y a D. José Moreno de Mora y Vitón.[1] Ambos
se distinguieron por su labor en beneficio de Cádiz. El primero, como
Gobernador Militar, al estar al mando en las tareas de defensa de la ciudad
durante la guerra contra los Estados Unidos de América y, el segundo, como gran
benefactor de la ciudad en los ámbitos sanitario y educativo.
El duque de
Nájera, Gobernador Militar de Cádiz desde enero de 1897, se propuso mejorar el
artillado de la plaza desde su toma de posesión. Durante el periodo del
conflicto con los EE.UU. se mejoraron las defensas, tanto en piezas de
artillería como en fortificaciones, tomándose medidas para prevenir un posible
ataque a la ciudad.[2] Una de ellas fue derribar
el antiguo faro que existía en el interior del castillo de San Sebastián —de
figura troncocónica con sillería encalada— para que no sirviera de referencia
al enemigo.[3]
Le tocó
presenciar la partida de las tropas hacia tierras antillana y filipina. A su
vuelta, tras la derrota, las recibió y acondicionó a los que venían enfermos y
heridos, en colaboración con las distintas instituciones gaditanas.[4] En
reconocimiento a su labor, por acuerdo municipal de 27 de abril de 1.910, la
ciudad le dio el nombre de Duque de Nájera a la avenida que bordea la playa de la Caleta.[5]
José Moreno de
Mora y Vitón, nació en Cádiz en 1825 y falleció en 1908. Tras sus estudios en
el extranjero, volvió a Cádiz para hacerse cargo del negocio familiar de
bodegas para exportación de vinos en El Puerto de Santa María.[6]
Invirtió gran
parte de su fortuna en favor de los necesitados. Costeó la construcción de un
hospital, el Hospital civil y provincial de San José, que fue conocido
posteriormente como Hospital de Mora. Por
la zona de San Severiano, edificó un sanatorio para niños enfermos, el
Sanatorio Madre de Dios, que fue destruido en la explosión de 1947. Y, para la
educación de los gaditanos, obra suya es también el edificio de la Mirandilla , Escuelas de
San Miguel Arcángel, regidas por los Hermanos de la Doctrina Cristiana.[7] De
los tres edificios citados, este último es el que continúa en la actualidad
sirviendo para el fin que fue creado.
José
María Collantes González
[1] Archivo Histórico
Archicofradía del Pilar de Cádiz. Actas, Libro IX, p.161 v
[2] García Díaz, Miguel (2010) Tres siglos de historia. Regimiento de
Artillería de Costa nº 4 (1710-2010) Capítulo 9, p.8
[3] Millán Chivite, José Luis (2005) «Cádiz
siglo XX. Del Cádiz hundido al Cádiz que resurge (1898-1979)» en Historia de Cádiz, Sílex ediciones, S.L,
p.799
[4] Ibídem, p.720
[5] Gutiérrez López,
Constantino (1994) Compendio de la ciudad
de Cádiz. Avenidas, calles y plazas, p.222
[6] AA.VV. Cádiz, Guía de Arquitectura del siglo XIX.
Colegio Oficial de Arquitectos de Cádiz, p.236
[7] Egea Rodríguez, Juan (1974) Figuras Gaditanas. Ediciones de la Caja de Ahorros de Cádiz, p.141-142