DATOS SOBRE UNA PINTURA DE LA VIRGEN DEL PILAR
En la Casa de Hermandad de la Archicofradía se
encuentra una pintura de la
Virgen del Pilar, firmada por Elisa Reymundo. Su firma ya nos
da una pista muy importante para investigar sobre ella, indagaciones que se ven
completadas con los datos que nos ofrece el archivo histórico de la Archicofradía.
En el año
1940, con motivo de las fiestas del XIX Centenario de la Venida de la Virgen del Pilar en carne
mortal a Zaragoza, la
Archicofradía hizo un encargo al prestigioso fotógrafo
gaditano Reymundo. Se refleja un gasto de 500 pesetas, pagadas al fotógrafo por
la ampliación al óleo, tamaño natural, de la escultura de la Santísima Virgen
del Pilar.[1]
José Reymundo
(1869-1950), al igual que otros pioneros de la fotografía en Cádiz, estudió en la Escuela de Bellas Artes.
Los fotógrafos solían tener una formación pictórica y artística, ya que muchos
de ellos fueron —antes de que apareciera la fotografía— pintores y retratistas.[2] No
obstante, como su taller de fotografía se convirtió en una empresa familiar y
sus hijas colaboraban en él, sería una de ellas, Elisa, la que fue aprendiendo
de su padre las técnicas de la pintura al óleo y la iluminación de las
fotografías con pintura al aceite, encargándose con posterioridad plenamente de
esos encargos.[3]
Todo esto nos
induce a pensar que, con toda probabilidad, la pintura de la Virgen del Pilar que se
encuentra en la Casa
de Hermandad de la
Archicofradía , con unas medidas totales de 107,5 x 74 cm es una fotografía de
José Reymundo, iluminada por su hija Elisa, quien firma en la parte inferior
derecha. En este caso, se utilizó el procedimiento que, más que iluminar,
convertía el trabajo en una obra pictórica en sí misma, ya que cubría de óleo
la fotografía, que servía como boceto, desapareciendo totalmente tras la
pintura.[4]
También del
marco tenemos datos en el archivo histórico,[5]
quedando reflejado el gasto de 100 pesetas por un marco dorado para el cuadro
al óleo de la Virgen ,
comprado en la Antigua
de Bulla.[6]
No sabemos con
certeza si esta pintura se realizó con la intención de que fuera el premio de
un sorteo que se celebraría para recaudar fondos. Lo que sí está documentado es
que se anotan, también en el año 1940, los ingresos obtenidos por la venta de
papeletas para el sorteo de un cuadro al óleo de Nuestra Señora del Pilar.[7] Y la
cantidad pagada a la imprenta La
Gaditana , por la impresión de 1.000 recibos de lotería de esa
rifa.[8] Probablemente
sea el mismo cuadro que, o bien no le llegara a tocar a nadie o que el afortunado
lo donara a la
Archicofradía. Si se trata del mismo cuadro, como así lo
creemos, el caso es que, por la razón que sea, afortunadamente sigue entre
nosotros.
Posteriormente,
en 1955, ya fallecido Reymundo, se registra en el apartado de gastos extraordinarios
el pago de 20 pesetas a Fotografía Reymundo, por una copia de la imagen de la Santísima Virgen
del Pilar.[9] Vuelve
a aparecer en otro libro del archivo, el 16 de septiembre de 1955, el pago a
Foto Reymundo por una copia de 18 x 24 cm . de la Virgen del Pilar.[10] No
tenemos la certeza de que fueran copias de la iluminada al óleo o de otra
fotografía hecha por Reymundo. Muy posiblemente, a falta de encontrar algún
ejemplar que nos lo aclare, se trate del primer caso.
En definitiva,
es una obra muy interesante que nos habla de una técnica artística más que se
ha utilizado en la historia de la Archicofradía para reproducir la imagen de
Nuestra Señora del Pilar.
José María Collantes
González
[1]
Archivo Histórico Archicofradía del Pilar de Cádiz (AHAPC) Cuentas, Libro XIII,
p. 257
[2] Garófano Sánchez, Rafael (1998) La mirada de Reymundo sobre Cádiz.
Quorum Libros Editores, p.13
[3] Ibídem, p.71
[4] Ibídem, p.72
[5] AHAPC, Cuentas, Libro
XIII, p.255
[6] En el
siglo XIX, el comercio de cuadros y estampas de Antonio Bulla, en la antigua
calle de San Agustín nº 77, fue muy importante ya que era el distribuidor de
gran parte de las litografías religiosas que venían de París.
[7] AHAPC, Cuentas, Libro
XIII, p.254
[8] Ibídem, p.257
[9] Ibídem, p.361
[10] AHAPC, Cuentas, Libro
XIV, p.39